1.      Evalúa los riesgos de extremo a extremo

La capacidad y velocidad de respuesta son fundamentales para tu organización,

 así que no dudes en evaluar su funcionamiento general, así como de interactuar con quienes pertenecen a tu cadena –como los proveedores– para realizar una evaluación de los riesgos que enfrentas y como reducirlos y/o eliminarlos.

 

  • Identifica áreas de oportunidad: niveles de demanda, inventario para el suministro, capacidad de producción, el almacenamiento y el transporte principalmente.
  • Identifica vulnerabilidades en tu red de distruibuidores, transporte y logística, por ejemplo, al tener un control total de tus camiones: desde la ruta que toman hasta el rendimiento de manejo de los conductores.
  • Establece objetivos comunes e implementa un plan de acción basado ​​en el análisis de escenarios para disminuir impactos.

 

2.      Multisourcing (o diversificación de proveedores)

Recibir materias primas, componentes, productos o servicios de otros proveedores es parte fundamental de tu operación. Y tal vez creas que tener pocos proveedores te da mejores precios y condiciones comerciales, pero quizá necesites desarraigar esta idea si consideras que las restricciones comerciales y los eventos globales (justo como el surgimiento del COVID-19) amenazan con interrumpir las líneas de suministro y aumentar los costos.

 

Estas son algunas características del multisourcing que podrían ayudar en tu operación:

  • Tener contacto con más proveedores o subcontratistas puede reducir los riesgos en tu cadena de suministro, volviendo a tu empresa resiliente ante desastres, embargos comerciales o escasez de recursos, por mencionar algunas situaciones.
  • Tener mayor poder de negociación con tus proveedores actuales.
  • Descubrir cuáles proveedores tienen un mejor desempeño para realizar tratos comerciales más favorecedores e informados en el futuro.

 

Eso sí, para diseñar una estrategia de multisourcing debes conocer a tus proveedores y ser capaz de clasificarlos no solo por gasto, sino también por el impacto que tendrán en tus ingresos si ocurre un evento disruptivo.

 

3.      Balancea la redundancia

En este contexto, la redundancia significa tener un exceso de capacidad en toda la cadena de suministro para evitar que se detengan o interrumpan las operaciones en caso de que se altere su orden natural.

 

¿Qué pasa? Que la redundancia te ayuda a mantener una cadena de suministro más fuerte y resiliente ante la adversidad, pero no es nada barata. Obviamente tener más trabajadores, almacenes, equipos y productos implica invertir más dinero, pero también la oportunidad de ganar más.

 

No existe una solución mágica para mantener un balance, pero sí es posible analizar las operaciones, fortalezas y debilidades de tu organización antes de crear redundancias. Lo cual nos lleva al siguiente punto...

 

4.      Aumenta tu ‘flexibilidad’

Ser flexible es tener la habilidad de modificar tu cadena de suministro para responder a los cambios de la demanda en el corto plazo y manejar cualquier disrupción de manera fluida.

 

Parte de tener una compañía más flexible implica diversificar a los proveedores, pero también usar sistemas de Machine Learning para estandarizar procesos, planear la demanda y el suministro, y modelar el flujo de fondos.

 

Tener acceso a datos históricos, te ayudará no solo a conocer el rendimiento de tus operaciones, sino también a predecir las fluctuaciones de demanda y suministro.

 

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